R.- La formación tiene un coste. Requiere una inversión por parte del Estado, pero también por parte de cada aspirante a ser profesor o profesora. Es una inversión en el propio capital humano y profesional. Sólo con profesores adecuadamente formados se puede exigir mejores resultados al sistema educativo. El recurso humano (profesorado) de calidad es determinante en los resultados de cualquier organización; y, de un modo especial, en el ejercicio de la docencia.
P.- Por otra parte, comienza a resultar habitual asistir a un cada vez mayor número de episodios violentos que tienen por escenario los centros educativos, y como protagonistas a los alumnos, alcanzando también en muchas ocasiones a los docentes, e incluso a las familias. bullying, ciberbullying, y otras agresiones, con resultados siempre demoledores y en ocasiones realmente trágicos, no pueden explicarse simplemente como excepcionales y clásicas actitudes inadecuadas o malvadas. ¿Existe, también, una crisis en la formación en valores? ¿Cómo valora la adquisición por el profesorado de competencias en técnicas para la resolución alternativa de conflictos, como es el caso de la mediación escolar?
R.- Hoy más que nunca, las aulas y la vida de los centros educativos son un reflejo de la sociedad que les envuelve. Por otra parte esta misma sociedad le está exigiendo al profesorado que asuma unas responsabilidades para las cuales no se le había preparado inicialmente. Es necesario, por tanto, dotar al profesorado de más preparación para poder afrontar situaciones que se le presentan, tanto en la vida interna de las aulas como en la dinámica de los centros. Junto al dominio de su materia y de su especialidad debe poseer también recursos y estrategias de enseñanza para saber propiciar el aprendizaje en sus estudiantes; habilidades y “autóritas moral” para facilitar la convivencia y saber afrontar los conflictos que se produzcan en la vida escolar; o ser valedor de principios y valores humanos, cívico-sociales que pueda desarrollar en sus estudiantes. Es evidente que el profesorado de secundaria requiere una mayor formación para poder abordar las diferentes situaciones que se le plantean en el ejercicio de la docencia. Ahora bien, no podemos pensar que el profesor es una “enciclopedia de soluciones” para todo lo que pueda acontecer en la vida de un centro educativo. Y mucho menos esperar desempeños eficaces para los que, previamente, no se le exigió la adecuada formación específica.
P.- El amplio abanico de adquisición de competencias que se le demandan a los docentes en la Educación Secundaria, sin duda, representan un activo de enriquecimiento personal, en los ámbitos profesional y humano, pero, ¿pueden suponer una carga excesiva en detrimento de su especialización específica, desvirtuando su área de conocimiento propio?
R.- No tendría por qué ocurrir; aunque de hecho, en muchas ocasiones, se le exige al profesorado más de lo que le corresponde desempeñar, como acabo de indicar. El profesorado de hoy, y más el de mañana, no es sólo un “instructor” de los conocimientos de una materia. Es también un “orientador” del aprendizaje, un “regulador” del trabajo académico, un “tutor” y guía de sus alumnos, es un “gestor” de la organización del centro educativo; un “consejero” familiar, etc. etc. Todas estas funciones no se improvisan; no basta con una actitud vocacional, que consideramos necesaria, sino que es imprescindible proporcionar al profesorado la formación específica y técnica adecuada que enriquezca su formación inicial
P.- Una de sus líneas como investigador aborda la actuación del profesor ante las dificultades de aprendizaje. En relación con la pregunta anterior, ¿las dificultades para aprender tienen su origen en las carencias de técnicas y competencias generales de estudio no adquiridas por los alumnos en etapas formativas previas a la Secundaria, o en la inadecuada formación de los docentes en la utilización de esas mismas técnicas y competencias como vectores para la transmisión del conocimiento de sus disciplinas respectivas?
R.- De todo un poco; veamos por partes. Por una parte, es frecuente encontrarse con estudiantes que llegan al Bachillerato sin que nadie les haya enseñado a estudiar; o, dicho de otra manera, sin que hayan adquirido técnicas y hábitos de estudio. En otras palabras: no han adquirido la competencia de “aprender a aprender” por sí mismos. Por otra parte, también ocurre que algunos profesores de Educación Secundaria se desentienden de cómo tienen que estudiar los alumnos; piensan que son cuestiones de las que se han debido ocupar en etapas anteriores. Ningún profesor debiera dar por supuesto que sus alumnos ya saben cómo tienen que estudiar; o que ya poseen las técnicas y estrategias para estudiar y aprender.
P.- En el texto del preámbulo del Congreso Internacional Euro-Iberoamericano leemos: “el océano Atlántico es el lugar de tránsito para el acercamiento e intercambio entre dos lejanas riberas”. Vd. es colaborador de diversas universidades iberoamericanas, organizador de los FORUMs y SIMPOSIOs Iberoamericanos de Educación a Distancia, director y coordinador de Programas de Formación en muchos de esos países, miembro de sus Academias de Educación,…en definitiva un extraordinario conocedor de la realidad educativa en las dos riberas continentales. ¿Son extrapolables las experiencias, los sistemas y programas educativos, los problemas y las soluciones? ¿Qué debemos y podemos compartir?
R.- Vivimos en una aldea global en la que los países y las distintas áreas geográficas del mundo son como los “barrios” o “distritos” de la aldea... Desde esa perspectiva hemos podido comprobar que las carencias en la formación del profesorado de Educación Secundaria, o de Enseñanzas Medias como se las llama en otros países, son muy similares, a pesar de las diferentes formas e instituciones que se ocupar del desarrollo de la formación. Precisamente por esa razón queremos que el Congreso sirva de “punto de encuentro” (con reflexión, análisis y propuestas) de las inquietudes que a este respecto se están plateando a uno y otro lado del Atlántico. Esa es la razón del Congreso Internacional Euro-Iberoamericano.


Hay que destacar que, el pasado 25 de septiembre, en el Acto de Clausura del 18º CIAED (Congreso Internacional de Educación a Distancia) celebrado en la cuidad brasileña São Luis de Maranhao, el Presidente de la Asociación Brasileña de Educación a Distancia ABED, hizo entrega al Profesor Santiago Castillo Arredondo, Catedrático de Didáctica de la UNED, de un Diploma de Reconocimiento ”por su dedicación prolongada al desarrollo de la Educación a Distancia en los países iberoamericanos, especialmente en Brasil”.
Isabel Quiñones