Avanzar, avanzar y avanzar. La lucha contra el terror es un esfuerzo conjunto de los Estados y de los distintos Ministerios y afecta a multitud de instituciones. Desde la política exterior se trata de contribuir a estos esfuerzos”. Con esta aseveración sentaba las bases de su intervención Ángel Losada, Director general de Asuntos Internacionales de Terrorismo, en los Cursos de Verano de la UNED en Viveiro.
Aunque tras el 11- S todo el mundo reconoce que hay que hacer frente a esta amenaza, considerada ya global, los enfoques sobre qué respuesta dar son un poco difusos todavía. Lo que está claro, según este diplomático, es que para Europa la respuesta es trabajar sobre una noción más compleja de Seguridad que engloba el terrorismo, las armas de destrucción masiva, los conflictos abiertos y los Estados Fallidos.
Para el director general de Asuntos Internacionales de Terrorismo es básico establecer varios niveles de actuación entre la política exterior y la cooperación internacional, “la comunidad internacional tiene que intentar desmontar posibles ataques terroristas a través de cooperaciones de distinta índole: cooperación policial, de los Servicios de Inteligencia, judicial y, sobre todo, hay que dotar a los Estados que quieran colaborar contra el terrorismo de medios para poder hacerlo”.
En la lucha anti-terrorista no sólo hay alguna indefinición o cierta falta de consenso. Ángel Losada también se refiere a algunos de los nuevos instrumentos para combatir el terrorismo: “Existe una unidad especial; un embrión de Servicio de Inteligencia propiamente europeo. También se ha creado el Grupo de Acción Financiera Internacional, que lucha contra la financiación del terrorismo”.
Normas jurídicas, económicas o Derechos Humanos. Se ha hablado de casi todo a lo largo de estos días, pero hay un aspecto fundamental para Losada: el papel de las víctimas. “Las víctimas tienen que disponer de voz y deben ser oídas. Hay que ponerles rostro, salir del anonimato”. También anima a los medios de comunicación a participar. “En Jordania, las encuestas de popularidad que se realizaron sobre Al Qaeda antes del atentado del hotel eran relativamente altas. Después del atentado, con gran cobertura mediática de la matanza de civiles, una nueva encuesta arrojó datos sensiblemente mucho más desfavorables al grupo terrorista. Conclusión: hay que movilizar a la sociedad civil”.
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