sábado, 23 de enero de 2010

Gustavo Suárez Pertierra: Gestionar la Diversidad

Factores sociales, económicos y políticos acaecidos en las últimas décadas han convertido a España en una realidad multicultural en la que convivimos personas de etnias, nacionalidades y, en definitiva, culturas diversas. La llegada de trabajadores inmigrantes de dentro y fuera de la Unión Europea y de refugiados ha cambiado la composición demográfica de nuestro país. La sociedad española está viviendo un periodo de transformaciones resultado de la expansión multicultural.

Un proyecto de investigación pretende abordar, desde una perspectiva interdisciplinar, el estudio relativo a la diversidad cultural en la sociedad española, con especial atención a los mecanismos de gestión existentes. Para ello se abordará el estudio de las cuestiones históricas, también se analizará la dimensión jurídica de esta realidad, con especial atención a los aspectos relacionados con las relaciones Iglesia-Estado, así como su dimensión en el ámbito del Derecho Internacional Público y, por último, las diversas singularidades culturales. El proyecto que se desarrollará a lo largo del presente año, cuenta con dos grupos de investigación consolidados y convergentes que involucra a 21 especialistas, al frente de los cuales y como investigadores responsables, se encuentran las Profesoras de la UNED Mª Teresa Regueiro García y Fanny Castro-Rial Garrone, siendo su responsable principal el Profesor Gustavo Suárez Pertierra.

Nacido en Cudillero (Principado de Asturias) en 1949, el Profesor Suárez Pertierra es Licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo y Doctor por la Universidad de Valladolid, amplió estudios en la Universidad de Munich, becado por el Gobierno de Alemania Federal y en 1978 ganó la cátedra de Derecho canónico y Derecho eclesiástico del Estado de la Universidad Complutense de Madrid, de la que fue Secretario General en 1981-82.

En noviembre de 1982 fue nombrado Director General de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia y Presidente de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa, cargo que desempeñó hasta febrero de 1984 en que pasó al Ministerio de Defensa como Subsecretario. En 1990 fue nombrado Secretario de Estado de Administración Militar en el propio Ministerio de Defensa.

Desde julio de 1993 formó parte del Gobierno como Ministro de Educación y Ciencia y dos años más tarde como Ministro de Defensa, cargo que desempeñó hasta mayo de 1996.

Diputado al Congreso por Asturias en la VI Legislatura, fue elegido Presidente de la Comisión de Régimen de las Administraciones Públicas en el Congreso de los Diputados.

Reingresó a la actividad universitaria en mayo de 2000 y en diciembre del mismo año se trasladó a la cátedra de su disciplina en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Es Profesor visitante de diversas universidades españolas y extranjeras, así como miembro de sociedades académicas, perteneciendo a diversos comités científicos y fundaciones. Es autor de varias decenas de estudios sobre su especialidad.

Entre julio de 2001 y abril de 2005 ha sido Director del Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado de investigación sobre la paz, la seguridad y la defensa. Ha publicado numerosos estudios sobre cuestiones relacionadas con la defensa y la posición constitucional de las fuerzas armadas. En la actualidad es Presidente del Real Instituto Elcano, foro de análisis y discusión de la realidad internacional y particularmente sobre las relaciones internacionales de España.

  • En la Memoria Técnica del Proyecto se afirma que la sociedad española está viviendo un período de transformaciones resultado de la expansión multicultural. Un 10 % de la población es inmigrante. Cuándo se afirma que esta realidad, bien gestionada, es una fuente de riqueza y desarrollo para todos, ¿qué hemos de entender por “bien gestionada”? En su opinión, ¿estas transformaciones son más jurídico - formales que reales?

R. La sociedad española ha sufrido un cambio sustancial en su composición. Y lo ha hecho aceleradamente. Pero no solo la sociedad española: el fenómeno de las migraciones se ha convertido en una variable estratégica de las sociedades modernas. En el fondo no hay tantos migrantes en el mundo: un 3% de la población mundial. Pero lo verdaderamente nuevo es que los flujos de población afectan por primera vez en la historia de la humanidad a casi todos los países y a todas las regiones del mundo. Por eso puede hablarse de un fenómeno global. Y en este sentido Europa, que entre mediados de siglo XIX y mediados del siglo XX vivió el éxodo de 50 ms. de pobladores, hoy es un continente que recibe una gran cantidad de migrantes. ¿Y España? Baste decir que en tan sólo diez años la población inmigrante ha aumentado de unos 700.000 individuos a unos 6.000.000. Esta nueva realidad es una oportunidad de riqueza y desarrollo, porque la población de los países desarrollados envejece a gran velocidad y porque, salvo que se considere que la uniformidad social es un valor, la diversidad cultural aporta experiencias y pautas de comportamiento positivas. El problema es que esta nueva realidad supone un reto para las sociedades clásicas, el reto de la integración. Y para integrar en la diversidad se exigen instrumentos que permitan a los agentes sociales, públicos y privados, llevar a cabo políticas sociales avanzadas. Esto es lo que se quiere decir con la buena gestión. El Proyecto pretende, mediante el análisis de la realidad social, política, jurídica y cultural, contrastar los instrumentos existentes, mejorarlos si cabe y proponer otros nuevos que permitan construir una sociedad democrática solidaria apoyada en un sistema de convivencia adecuado.

  • En diversas ocasiones Vd. ha señalado las contradicciones que en materia de inmigración surgen habitualmente, constatando como la lógica política no coincide generalmente con la lógica económica. Los potenciales peligros que la diversidad parecía atraer, se decantaban hacía el riesgo cierto de estallidos de conflictos étnicos generados por actitudes racistas y xenófobas en los que las administraciones públicas habrían de ejercer su tutela efectiva como garantes del orden jurídico y la tutela de los derechos individuales. Episodios como los que en los últimos días van encontrando eco en los medios de comunicación, relacionados con iniciativas de algunas corporaciones locales extendiendo el debate acerca de la conveniencia de impedir el empadronamiento de inmigrantes en situación irregular, ¿qué reflexiones le provocan? ¿Se trata de hechos puntuales, condicionados por la actual coyuntura económica, o debe hacerse una lectura de mayor calado y trascendencia?

R. No creo que deba quitarse importancia a estas actuaciones. Precisamente la insuficiencia de los instrumentos adecuados de gestión de la diversidad puede producir fricciones entre las sociedades de acogida y los nuevos pobladores. Hay que reflexionar en serio acerca del modelo de sociedad que queremos y sobre cómo hacer compatibles los valores tradicionales de los pueblos con las aportaciones de la sociedad multicultural. En todas partes, aunque en unos lugares más que otros, se plantean problemas de esta índole, que en unas ocasiones tienen que ver con la libertad de expresión (caricaturas), en otras con comportamientos sociales (símbolos), etc. Y las respuestas no siempre son compartidas por todos ni mucho menos inocuas, ya se trate de implantar sistemas de defensa de la propia identidad según el modelo francés, ya de prohibir los minaretes de las mezquitas. Entre nosotros, probablemente porque somos una sociedad tolerante y solidaria según indican los estudios de opinión, estos problemas no se han producido hasta ahora con gran transcendencia social. Pero la reflexión más importante que para mí tendríamos que hacer ahora, con motivo del comportamiento de algunos municipios en relación con los censos, es que la exclusión de los inmigrantes de los servicios sociales, además de ilegal, es el mejor caldo de cultivo de la xenofobia y el racismo, que es la gran lacra de las modernas sociedades multiculturales.

  • En su Proyecto destacan el papel determinante que los distintos sectores del ámbito funcionarial, en particular Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Funcionarios Penitenciarios, desempeñen para garantizar la salud del marco social. Sin embargo, no es frecuente encontrarse con noticias que reflejen abusos de estos colectivos hacia grupos étnicos y culturales minoritarios, aún cuando han de intervenir en puntuales estallidos de violencia social multiétnica. ¿Cree qué hay algún grupo especialmente permeable a estereotipos y prejuicios en relación con la integración de las minorías étnicas y culturales?

R. Probablemente los grupos sociales más cercanos a los problemas de los inmigrantes y los que tienen que intervenir cuando se producen circunstancias de especial gravedad o incidencia social son los que más peligro tienen de verse cargados con esos estereotipos. Pero en general, en mi opinión, no responden a la realidad. Precisamente uno de los objetivos fundamentales del proyecto es el diseño de unos manuales de buenas prácticas, tanto para los poderes públicos cuanto para las empresas, para que todos los agentes que se ven afectados por el fenómeno de la diversidad puedan saber a qué atenerse en sus comportamientos y para que puedan disponer de unas pautas seguras en el tratamiento de los inmigrantes y de sus derechos individuales y en relación con el ejercicio de los derechos asociativos

  • La diversidad cultural y étnica, fenómeno al que la UNESCO ha otorgado rango de Patrimonio de la Humanidad, es una tendencia que afecta a toda Europa, sin embargo la Unión Europea sólo parece encontrar consensos en los problemas fronterizos y en los flujos irregulares. ¿Qué es lo que realmente dificulta el establecimiento de una política migratoria común?

R. Hay una cuestión de carácter general: necesitamos “hacer más Europa” o, lo que es lo mismo, el gran desafío que la Unión tiene en presencia es avanzar en la construcción de la Europa política una vez que lo hemos hecho en la política económica y monetaria. Sin embargo, en lo que se refiere a la política de inmigración, es cierto que los Estados son celosos a ceder competencias. Se puede entender hasta cierto punto, porque la realidad de las naciones europeas es bastante distinta en cuanto a flujos migratorios por circunstancias sociales, geográficas e, incluso, porque coexisten sensibilidades diferentes. El hecho es que no hay transferencia de competencia plena a la Unión y, por tanto, no resulta fácil implantar una política común. Pero habrá que ir dando pasos inevitablemente hacia la competencia plena.

  • Los diálogos interculturales e interreligiosos pueden ayudar a gestionar conflictos y a evitarlos, sin duda. De hecho, la pluralidad migratoria tiene su reflejo en una pluralidad de culto, donde las diferentes entidades religiosas se convierten en dinamizadores de socialización y actúan como mediadores con los poderes públicos, e incluso como ONGs solidarias. Pero Vd., como responsable político, habrá tenido acceso a información sensible para la seguridad del Estado en la que algunos grupos vinculados al terrorismo internacional extienden sus redes de captación y recluta amparándose en algunas de estas organizaciones religiosas. ¿Qué riesgo representan estos grupos? ¿En que medida vician lo que deberían ser normales relaciones institucionales, generando recelos en la opinión pública?

R. Las organizaciones religiosas y todas las organizaciones y movimientos asociativos que agrupan a los grupos culturales en general en las sociedades de acogida, en definitiva, los agentes socializadores, pueden verse afectadas por esta cuestión. Pero es necesario distinguir claramente entre ideas religiosas y planteamientos fundamentalistas, de raiz religiosa o no, que son los que estarían teóricamente más cercanos a esta hipotética influencia. Los grupos religiosos son en nuestro sistema democrático el cauce de ejercicio de un derecho fundamental de los individuos, como es el de la libertad de religión y nada tienen que ver con movimientos violentos. Yo creo que la sociedad española, que ha vivido con enorme dolor el impacto del terrorismo, sabe hacer perfectamente esta distinción. Lo demuestra el comportamiento de la sociedad en general con los inmigrantes.

  • Es un lugar común afirmar que España ha sido, tradicionalmente, un crisol de culturas. Pero, ¿convivieron realmente esas culturas en igualdad? ¿Cree que se dan las circunstancias, en la España de hoy, de un modelo de convivencia y cohesión social que nos permita hablar de una ciudadanía compartida en relación con el fenómeno de la diversidad?

R. Obviamente sería muy matizable la afirmación de que las tres grandes culturas han vivido históricamente en igualdad. Pero en la actual realidad española, que perfectamente puede definirse como una sociedad de inmigración según las pautas de Walzer, hay un amplio acuerdo sobre los valores que la diversidad incorpora a la cultura común. Probablemente esta consideración, que forma parte, creo yo, de nuestra cultura, se apoya en la experiencia histórica compartida e, incluso, en la realidad socio - política de España vertebrada en torno a la igualdad territorial. En cualquier caso, queda mucho camino por andar. Basta con traer al tapete los problemas de otras sociedades con segundas y terceras generaciones de inmigrantes.

  • ¿Qué interés representa el estudio de los fundamentos greco-latinos de la cultura europea, dentro de su Proyecto de Investigación?

R. Nuestro Proyecto es un proyecto interdisciplinar que agrupa un conjunto de catorce investigadores de varias Universidades y, por supuesto, de la UNED. Quiere decirse que pretendemos enfocar nuestro objeto de análisis desde diferentes perspectivas. Desde un punto de vista histórico, el planteamiento cuenta con dos ideas-fuerza: en primer lugar, la cuenca mediterránea como crisol de culturas. Esto tiene su sentido, porque el Mediterráneo es el sur de la Unión Europea y porque entre sus riberas norte y sur se sitúa la brecha económica más importante del planeta. En segundo lugar, entendemos que la idea de Europa no puede entenderse sino como reflejo de la convivencia de culturas bajo la cobertura de la Ilustración. Sobre estas bases, Europa ha nutrido de población al mundo; hoy recibe inmigrantes.

  • ¿Cómo se concilian los datos de que entre los miembros de la OCDE España es el segundo país , por detrás de los Estados Unidos de América, que más emigrantes recibe, con el de ser el segundo país que más jóvenes Erasmus recibe de toda Europa? ¿España carece de él, o tiene prestigio internacional?

R. Yo creo que para el primer dato se combinan varias circunstancias: la citada brecha económica hacia el sur es la primera, mucho más acusada si se tiene en cuenta el grado de información que facilitan los medios de comunicación en la sociedad global. Por otra parte, somos una referencia real, la principal después de Estados Unidos, para la emigración latinoamericana por razones obvias. Finalmente, la economía española de los últimos años propició la incorporación de un gran número de inmigrantes. El caso Erasmus es diferente. Es cierto que funcionan los estereotipos y que se identifica generalmente a España con determinados aspectos innegables de nuestra cultura que lastran, en cierto modo, una imagen internacional que nos gustaría, naturalmente, ligada a la innovación o a la tecnología. No somos conocidos por eso, ciertamente, pero España es un país atractivo socialmente, lo es en términos culturales y lo es por la capacidad de integración y de influencia de nuestra lengua. Y en estos aspectos, que en teoría política son conocidos como poder blando de un Estado, tenemos un asentado prestigio internacional.

  • Entre los objetivos del Proyecto se pretende abordar también el análisis de las implicaciones del fenómeno migratorio en la viabilidad del sistema de pensiones. El hecho de que las pautas demográficas sean distintas en términos de esperanza de vida entre los trabajadores foráneos y los autóctonos, ¿en qué hipótesis de partida nos sitúa?

R. El flujo de población, que sí que se comporta como una variable estratégica global, no es el único factor a tener en cuenta en el fenómeno migratorio. El hecho es que las sociedades desarrolladas disponen de una población cada vez más envejecida, mientras que las sociedades en desarrollo, al contrario, tienen una población joven. Esta situación plantea tensiones que también son globales. En las sociedades en desarrollo se tensionan los sistemas educativos, que no pueden satisfacer las demandas de formación, al tiempo que las economías no son capaces de ofrecer a los jóvenes oportunidades laborales. En cambio, en los países desarrollados se produce el doble fenómeno de que no hay población suficiente para sostener la actividad de los diferentes sectores económicos y que una población activa cada vez menor debe sostener las exigencias del estado del bienestar para un número de personas cada vez más numeroso. Y en esto el caso de España resulta especialmente significativo, porque seremos en breve plazo uno de los países con población más envejecida del mundo.

  • Otro de los objetivos concretos del Proyecto consiste en la realización de un Congreso Internacional cuyas conclusiones serán remitidas a Organismos Internacionales (ONU, UE) Sus conclusiones tendrían reflejo en un manual de buenas prácticas orientado a la formación de los servidores públicos. ¿Se puede confiar en una aplicación universal de esas futuras recomendaciones? Expresado en otras palabras: ¿la realidad de un trabajador filipino en algún Estado ribereño del Golfo pérsico tiene alguna semejanza con la de un refugiado Subsahariano en algún país de la Unión? ¿En qué medida son reconciliables las pautas generales de conducta en esta materia, con la aplicación de proyectos propios, como ha defendido en alguna ocasión para nuestro país?

R. Los flujos migratorios son una cuestión global y como tal fenómeno global alberga realidades diversas. Así, estamos comparando una zona geopolítica caracterizada como España, caracterizada por constituir una especie de encrucijada (norte-sur, este-oeste, transatlántica), que recibe elevado de migrantes de todas esas procedencias con otra zona donde no hay mano de obra nacional: en Emiratos Arabes Unidos el 91% de la población trabajadora es extranjera. Aún más, en un caso estamos ante Estados de democracia avanzada y en otro se trata de Estados confesionales. Ahora bien, hay pautas de aplicación general y entre ellas una muy principal, que es la protección de los derechos humanos, aún cuando en un caso y en otro los propios derechos fundamentales (en terminología democrática occidental) tengan fundamento y naturaleza diferentes. Naciones Unidas es consciente de esto y por eso promueve programas de acción para los servidores públicos y de comportamiento en derechos humanos para las empresas, como Global Compact. Así pues, hay que combinar planteamientos globales, de carácter general, con otros que son más propios de cada sociedad concreta.









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