miércoles, 27 de febrero de 2013

UBUNTU

Ubuntu, es una antigua palabra africana que significa humanidad, generosidad, compartir. Como ideal promueve la cooperación entre individuos, culturas y naciones. Una cooperación absolutamente necesaria para la supervivencia de los pueblos y que Federico Mayor Zaragoza, plasma como toda una declaración de principios en la carta de presentación de la Fundación Triptolemosen la que afirma “Los Derechos Humanos son inherentes e indivisibles. Pero uno de ellos, el derecho a la vida, es el derecho supremo porque condiciona el ejercicio de todos los demás. Por esta razón, el derecho a la alimentación es un derecho fundamental y todos tenemos que contribuir ennuestro comportamiento diario, a hacer posible que nadie quede excluido de esta faceta esencial de la dignidad humana.”

La Fundación Triptolemos, junto con la UNED financiará la primera Cátedra UNESCO-UNED, en España, sobre temas agroalimentarios que comenzará su andadura bajo el lema Ciencia e Innovación para el Desarrollo Sostenible: Producción de alimentos y seguridad alimentaria global y que estará dirigida por los profesores José María Marín Quemada y Javier García Verdugo.
 
Federico Mayor Zaragoza, Presidente de Honor de la Fundación Triptolemos y Director General UNESCO (1987-1999) siempre implicado en el diálogo y en los esfuerzos conjuntos, defiende en esta entrevista, la necesidad de crear un entorno que lleve a un estado de confianza y que de credibilidad al sistema.

Pregunta.- A mediados del presente siglo (XXI) el mundo tendrá que alimentar a una población estimada en unos 10 mil millones de personas; cerca de 3 mil millones de habitantes más de los que hoy poblamos el planeta. Este crecimiento exponencial (en los últimos 40 años se ha más que duplicado la población de la tierra) exigirá un aprovisionamiento de alimentos descomunal. ¿El comercio de alimentos global puede garantizar este suministro? ¿Ha tocado techo el actual sistema de economía de la alimentación?

R.- Lo que importa es asegurar la producción suficiente, complementada con una distribución eficaz para llegar a los ciudadanos con un poder adquisitivo suficiente para alimentarse dignamente. Este es el gran desafío que concierne a todos los habitantes de la Tierra sin excepción. Es una vergüenza que los paraísos fiscales estén colmados y se inviertan cada día 4,000 millones de dólares en armas y gastos militares cuando mueren más de 60,000 personas por inanición, entre 30 y 35,000 de ellas niños y niñas de edades comprendidas entre 0 y 5 años.

P.- En el actual sistema globalizado de producción y distribución, ¿la seguridad alimentaria está más amenazada por epidemias víricas detonantes de una pandemia (proveniente de virus similares al H5N1) o por plagas (como la roya ugandesa, Ug99, que a finales del pasado año –como alertaba la FAO- ya se extendía por Irán en lo que parece su inexorable viaje hacia China) que afecten a los cultivos?

R.- Depende de la hipervariabilidad de los mutantes, de la capacidad invasiva -condicionada a su vez por las condiciones meteorológicas- y de la existencia o no de tratamientos eficaces. Hoy han mejorado enormemente, con la “preparación genética”, las estrategias preventivas.
 
P.- Los subsidios agroalimentarios, que fomentan la producción de excedentes, representan en torno a un 22 % de la renta total del sector primario en USA, un 32 % en la Unión Europea y sobrepasan el 50 % en Japón. Algunas de las voces que abogan por la sostenibilidad, la diversidad de cultivos y la salud ven imposible su implantación sin políticas de intervención pública en los mercados (que conllevarían su correspondiente carga de fiscalidad). En el actual escenario económico mundial, ¿es posible políticamente su defensa?
 
R.- Debe llevarse a la práctica con rapidez y eficacia las intervenciones públicas para aquello que es prioritario para el bienestar social. La fiscalidad adicional que requieren la alimentación, el agua, la salud, la protección del medio ambiente… es inferior a lo que representan los cuantiosos y con frecuencia innecesarios gastos en armamento.
 
P.- El grado con el que las estructuras de poder de los estados dominantes, las empresas transnacionales, las organizaciones internacionales y las fuerzas armadas logren mantener cierta apariencia de orden”, serán los únicos garantes que eviten el caos resultante del hundimiento de los sistemas de producción mundiales de alimentos. Esta afirmación, de un análisis conjunto de varios Institutos Medioambientales internacionales, presentado en la Academia Nacional de Ciencias estadounidense, ¿es una mera especulación apocalíptica o realmente un “aviso a navegantes”?

R.- Es un aviso serio a navegantes. Pero no es nuevo. Hay avisos serios anteriores: todos los informes de la FAO desde finales del siglo XX, cuando las reservas mundiales de cereales empezaron a decrecer. También puede mencionarse aquí el estudio del Profesor Vaclva Smil: “Alimentar al mundo, un reto del siglo XXI”, editado en España por editorial siglo XXI (2000). Todos coinciden en la gravedad del problema pero, al mismo tiempo, muestran que es posible remedio si se toman sin dilación las medidas oportunas.

P.- Si abordar un cambio de ruta es una obligación ética y de supervivencia ineludible, el nuevo rumbo ¿a dónde apunta? ¿La renuncia al uso de pesticidas químicos en favor del cultivo ecológico, el recurso a los transgénicos, el retorno a una explotación de escala local, la acuicultura, el abandono de la carne como fuente proteica,…?
 
R.- En un mundo cada vez más complejo, no hay solución única. Todo está interrelacionado. Podemos alimentar al mundo gracias a los avances tecnológicos que han evitado, por el momento, las predicciones de Maltus. El desarrollo sostenible se logra valorando el riesgo, de tal forma que se mantenga el planeta plenamente habitable para las siguientes generaciones. Es a la humanidad a la que debemos asegurar una vida digna con gran persistencia creativa. El planeta es solo un instrumento que debemos mantener “en forma”. En esta situación, transgénicos, pesticidas, acuicultura,… deben situarse y articularse en una estrategia conjunta, guiada sólo por el rigor científico.
 
P.-Vd. como Presidente de la Fundación Triptolemos, acaba de firmar la puesta en marcha, junto con la UNED, de la Cátedra UNESCO sobre ciencia e innovación para el desarrollo sostenible: producción de alimentos y seguridad alimentaria global. ¿Qué aportaciones puede brindar esta Cátedra UNESCO a esta problemática?

R.- La Cátedra UNESCO TRIPTOLEMOS ha basado su planteamiento, precisamente, en ayudar a coordinar las actividades de todos los sectores de la cadena alimentaria. Existen 4 grandes pilares: la disponibilidad (desde el campo al consumidor), economía (desde la global al ciudadano), política (apoyo a la disponibilidad y a la seguridad alimentaria) y cultura (educación, comportamiento, gastronomía). La Cátedra pretende conectar de forma permanente con los distintos actores de cada uno de estos grandes espacios para facilitar su interacción. Al conjunto se le denomina Sistema Alimentario Global y en él tiene cabida desde la actividad del pequeño campesino a la del restaurante de la esquina.

La Cátedra reunirá de inmediato su Consejo Rector que fijará en detalle las líneas a seguir. Las 24 universidades que forman parte de la Fundación Triptolemos colaborarán con la Cátedra UNESCO, de tal manera que el efecto multiplicador, unido a la directa relación con las empresas del sector, sea el que corresponde a un enfoque global para un desafío igualmente global.

Isabel Quiñones


lunes, 25 de febrero de 2013

Socorre enseñando

 
Así reza el lema que, con magnífica generosidad, ejerce la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País presidida por Pilar Becerril Roca.


La UNED, también, en sus Estatutos, recoge como una de sus funciones específicas el “facilitar la creación de una comunidad universitaria amplia y plural, fundada en unos conocimientos científicos y culturales que sirvan de unión y fomenten el progreso y solidaridad de los pueblos de España. Así como favorecer el intercambio científico y la cooperación para el desarrollo de los pueblos."
Haciendo honor a esos estatutos y a esas funciones que no tienen fin en el tiempo para nuestra brillante comunidad universitaria, el Catedrático de Economía Financiera y Académico de la Real Academia de Doctores de España, Rafael Morales-Arce, ha dirigido las jornadas “Economía y Finanzas en España: Los retos de la crisis”.

Arropado por la decena de lienzos procedentes del Museo del Prado, entre los que figura un impresionante retrato de Carlos III, y que están albergados en el salón de actos del castillo-palacio de La Torre de los Lujanes, situado en pleno corazón madrileño -en la Plaza de la Villa- el Doctor Morales-Arce trasladó, al repleto auditorio del salón de actos, una información pormenorizada de las principales variables de la recuperación económica, así como las alternativas para familias, empresas y el conjunto de la sociedad, que se resumen en las propuestas y reflexiones recogidas en el siguiente audio de conclusiones.




Isabel Quiñones
Fotos: David Vázquez

jueves, 21 de febrero de 2013

Una visión global para un problema real



La  UNED contará con la primera Cátedra UNESCO, en España, sobre temas agroalimentarios y estará dirigida por dos miembros del Grupo de Investigación en Economía Política Internacional de la Universidad a Distancia (GEPI), los profesores José María Marín Quemada y Javier García Verdugo. Esta Cátedra, abordará el estudio de la producción de alimentos y la seguridad alimentaria global.


Las Cátedras UNESCO son el resultado de una iniciativa de este organismo de las Naciones Unidas, que tiene por objetivo avanzar y mejorar en la proyección de la investigación, capacitación y programas de desarrollo de la educación superior, por medio de redes universitarias
Bajo el lema Ciencia e Innovación para el Desarrollo Sostenible: Producción de alimentos y seguridad alimentaria global, será financiada por la UNED y por la Fundación Triptolemos , en la que Federico Mayor Zaragoza ostentará la Presidencia de Honor
Para la Fundación Triptolemos, esta Cátedra UNESCO tiene como finalidad  poder divulgar su visión del sistema alimentario y contribuir a la mejora del mismo con acciones en el espacio basadas en cuatro  ejes fundamentales: Disponibilidad, Economía, Política y Saber.
El profesor Javier García-Verdugo, Codirector de la Cátedra UNESCO, Doctor del  Departamento de Economía Aplicada y Coordinador de distintos Máster EEES y Programas de Doctorado, como el de Crecimiento Económico y Desarrollo Sostenible aborda esta  compleja problemática.
Pregunta.- Las técnicas de explotación industrial aplicadas a la agricultura y, en general, al mercado alimentario, en el llamado mundo desarrollado -reducción de costes, incremento de la producción, ampliación de los mercados- parecen desembocar en la siguiente ecuación: cuanto mayor es la producción más alimentos hay que producir. En los últimos 50 años la oferta crece a mayor velocidad que la demanda, los precios caen en origen, los agricultores invierten en más tecnología para incrementar la producción,… ¿están los productores de alimentos atrapados en un círculo vicioso?

Respuesta.- Los precios de los alimentos se generan en mercados internacionales bastante competitivos, sobre todo en el caso de alimentos comunes muy estandarizados como el trigo, el maíz, el arroz, la soja, etc. Aunque es cierto que en 2012 los precios de los alimentos disminuyeron, no es esta una situación habitual.
Lo verdaderamente característico de los mercados internacionales de alimentos son más bien las constantes fluctuaciones de precios —subidas que se alternan con bajadas—, en parte inevitables porque las decisiones de producción se toman en función de los precios de la campaña anterior, que son consecuencia de unas circunstancias de oferta y demanda que normalmente no se repetirán en la campaña actual.
En este sentido sí se puede decir que los agricultores están atrapados en una situación difícil, que afecta de manera especialmente dramática a los países menos desarrollados, ya que los países desarrollados —por ejemplo, la Unión Europea— suelen tener políticas de fijación de precios o de rentas agrícolas a costa de los países menos desarrollados.
P.- Sin embargo, a pesar de la abundancia, la producción y distribución de alimentos no ha conseguido evitar el hambre en el mundo. La oferta mundial de alimentos, se estima, sobrepasa las necesidades calóricas "per cápita" en un 20%, en un mundo donde hay un número casi idéntico de personas mal nutridas por exceso como por defecto (más de 36 millones de muertes anuales vinculadas al hambre, según estadísticas de Naciones Unidas). ¿Es únicamente la industria alimentaria la responsable de este desastre?
R.- Aunque ese tipo de estimaciones deben siempre analizarse con cuidado, cada vez hay un mayor consenso en que el problema de las hambrunas y de la desnutrición, tan generalizadas en los países menos desarrollados y en algunas regiones de los países emergentes, podría resolverse si hubiera una suficiente voluntad política. Así lo consideraron los firmantes de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que en el cambio de siglo se comprometieron a eliminar el hambre del mundo para el año 2015. Sin embargo, en la última evaluación de lo conseguido hasta ahora se ve que queda todavía mucho por hacer.
No puede señalarse un único responsable de esa situación inaceptable, pero sí puede afirmarse que no es la industria alimentaria. Buena parte de las hambrunas se producen por guerras y conflictos civiles, o no son remediadas por gobiernos ineficaces o corruptos, pero también influyen decisivamente los aranceles impuestos por los países desarrollados a las importaciones de alimentos procedentes de los países menos desarrollados.
P.- En los próximos años la demanda de alimentos tenderá a incrementarse. La población mundial aumenta y los países en vías de desarrollo parecen seguir las pautas occidentales de consumo. Vd. es un experto conocedor de la situación energética internacional. ¿Cómo se puede abordar este reto en un escenario donde la energía será más cara, el clima más inestable y el agua más escasa? 
R.- Me gustaría subrayar que las proyecciones a más de cinco o diez años de datos económicos, de población o de variables medioambientales pueden útiles para formular políticas a largo plazo, pero no deben considerarse datos ciertos e inevitables. De hecho, en los años 70 la mayoría de los expertos estimaban que el petróleo se acabaría en no muchos años, y sin embargo desde entonces se ha sacado del subsuelo una cantidad de petróleo equivalente a tres veces las reservas estimadas en aquella década.
En muchos casos, lo que hace que no se cumplan las predicciones a medio y largo plazo es el ingenio humano que se concreta en innovaciones tecnológicas. Por ejemplo, las fuentes de petróleo y gas natural no convencionales que se han desarrollado en los últimos cinco años pueden transformar el sector energético internacional, y su origen está directamente ligado a la existencia de una técnica de extracción de gas o petróleo que es rentable a partir de determinado precio del crudo.
Teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora, me parece que hay que poner los medios necesarios a corto plazo para solucionar los problemas que aquejan al sector alimentario internacional, y también —en la medida que sea posible sin una interferencia indebido— los que afectan a algunos países en desarrollo. Sin embargo, no se pueden resolver todos los problemas simultáneamente, especialmente en un contexto de crisis económica: por ejemplo, con el dinero que se estima necesario para afrontar el cambio climático podría resolverse todo el problema de abastecimiento de agua potable en los países en desarrollo. Es necesario por tanto establecer prioridades en los objetivos de desarrollo, y asignar en consecuencia la financiación de los países y de los organismos internacionales.

P.- Recientemente, la UNESCO ha aprobado una cátedra sobre el hecho alimentario global que será financiada por la UNED y por la Fundación Triptolemos, y dirigida por dos miembros del Grupo de Investigación en Economía Política Internacional (GIEPI) de la UNED. Vd. es uno de ellos, ¿qué aportaciones puede brindar la Cátedra UNESCO a esta problemática?
R.- La Cátedra tiene por objetivo el análisis del hecho alimentario global combinando un enfoque socioeconómico y tecnológico. Nos proponemos aplicar las herramientas de análisis de la política económica a las cuestiones geopolíticas relacionadas con las hambrunas, la desnutrición, la seguridad alimentaria, la volatilidad de los precios de los alimentos, las técnicas de producción agrícola, la modificación genética de alimentos, etc., siempre haciendo especial referencia a los países en desarrollo, que es donde estas cuestiones tienen una mayor incidencia.
Pensamos que ese enfoque multidisciplinar es el necesario para abordar problemas que no son estrictamente técnicos ni económicos, sino que requiere un análisis certero de cuestiones políticas de ámbito internacional. Para ello, confiamos colaborar con otros especialistas de procedencia diversa que estén interesados en contribuir con su experiencia y sus investigaciones a la solución de los problemas alimentarios.
Isabel Quiñones