Un artículo
del Profesor Rafael Morales-Arce, Catedrático de Economía Financiera y de la Real
Academia de Doctores de España
Los economistas Sargent y Sims, premios Nobel
de Economía en 2011
Rafael
Morales - Arce / Madrid. La Real Academia de Ciencias de Suecia hizo público la concesión del
Premio Nobel de Economía 2011 a los economistas norteamericanos Thomas J.
Sargent y Cristopher A. Sims, por sus aportaciones a la
investigación empírica y de prospectiva sobre la relación causa efecto en la
Macroeconomía y la Política Económica. La búsqueda de “lo que causa qué”,
convertida, en los últimos años, en el sentido dominante en los estudios
prácticos de aquella rama de la Economía.
Sargent y Sims, cada uno de ellos de forma independiente, han desarrollado aplicaciones
de la “Teoría de las Expectativas Racionales”, polarizada en magnitudes tales
como el producto interior bruto, la inflación, el volumen de empleo, los tipos
de interés y la inversión, que se consideran fundamentales para el análisis y
la obtención de conclusiones válidas sobre los efectos que trasladan a la
sociedad.
Adicionalmente,
estudiaron la repercusión que repercute a la riqueza nacional o los índices de
precios por las variaciones en los tipos de interés del dinero, en especial,
cuando los Bancos Centrales, en busca del equilibrio macroeconómico, toman
decisiones de política monetaria.
La
aplicación de la Teoría de las Expectativas evidencia que, para el
sector privado, se influye en las decisiones sobre salarios, volumen de ahorro
e inversión. Y, recíprocamente, las decisiones de política económica, están
influenciadas por lo que espera el sector privado sobre estas magnitudes. Por ello,
investigadores y políticos han utilizado los modelos elaborados en los años
setenta y ochenta como herramientas esenciales para el análisis económico.
Desde una
perspectiva general, la denominada Teoría de las Expectativas Racionales”,
propuesta inicialmente por el economista John F. Muth en 1961, en la
revista Econométrica, bajo el título “Expectativas Racionales y Movimientos en
los Precios”, sería desarrollada posteriormente por Robert Lucas y Thomas
J. Sargent, de las Universidades de Minnesota y Stanford, respectivamente,
y se refiere a las propiedades de las expectativas y las preferencias de los
agentes económicos que tienen el propósito de invertir. Es decir, que no se
ignoran ni la situación presente ni la posible evolución futura, sino que se promueve
la racionalidad en la articulación de las medidas que, a partir de entonces,
deben adoptarse Tiene algunos supuestos básicos, tales como:
- Se
polariza en las principales magnitudes macroeconómicas que definen el
comportamiento de los agentes: crecimiento, precios, tipos de interés, etc.
tratando de maximizar sus beneficios ante la situación que esperan. Ello resta
eficacia a las decisiones que adoptan las autoridades, pues los efectos de las
mismas se contrarrestan por los que intervienen en los procesos económicos.
En general, los ciudadanos y aquellos agentes,
suelen aprender de sus propios errores. Cuando realizan previsiones, estas
pueden ser equívocas, aunque los errores no sean sistemáticos, sino
aleatorios. Por ello, es fundamental la adquisición y uso racional de la
información.
Los efectos de esta práctica pueden ser
perversos. Si se espera un aumento de los índices de precios, los agentes
tenderán a ajustar salarios y precios de manera que se producirá un alza
general de los mismos. La Política Económica, en tal caso, debería generar
expectativas de signo contrario, esto es, que no indujeran a la inflación
sino a la estabilidad.
Para Robert Lucas, Premio Nobel de
Economía en 1995, constituido en defensor y divulgador de esta Teoría, las
expectativas de los agentes económicos “racionales” – producción de bienes
y servicios y ocupación laboral – no son alterados por las políticas
públicas, fiscales y monetarias sino durante un corto espacio de tiempo.
De ahí que considere que la nueva Macroeconomía clásica, basada en el
concepto de las expectativas racionales, se oponga frontalmente a la
denominada economía keynesiana.
Por ello, Muth insistió entonces en
explicar la razón por la que ninguna regla, fórmula o modelo ha logrado
jamás tener éxito de manera sistemática y consistente cuando se aventura
en predecir precios en los mercados. Su clásica respuesta consistió en
demostrar que toda la información disponible al público se encuentra
integrada en las decisiones adoptadas por los agentes económicos, cuyas
expectativas suelen ser racionales en este sentido.
El primero
de los galardonados, Thomas J. Sargent, nació en 1943 en Pasadena,
California, graduándose en la Universidad de Berkeley y doctorándose en
Harvard. Ha desempeñado la docencia en las áreas de Economía y Negocios en las
Universidades de Nueva York, Stanford, Chicago y Princeton.
Una
síntesis de sus trabajos de investigación se refiere a los aspectos siguientes:
Sargent fue uno de los seguidores de la Teoría de las
Expectativas Racionales, un modelo que ha sido objeto de críticas en medio
de la actual crisis económica, la mayor parte de ellas basadas en la falta
de realismo de su planteamiento fundamental: la estimación de que
ciudadanos y mercados disponen de información perfecta que les lleva a
anticipar sus decisiones según las criterios que, en cada momento, aplican
tanto los Gobiernos como los Bancos Centrales.
Sargent
inició sus investigaciones con el análisis de
la evolución de las economías tras la Segunda Guerra Mundial, en especial,
en las prácticas de alta inflación, entonces propiciadas por las
autoridades económicas y que conllevaron posteriormente en alteraciones
significativas y a la baja en los niveles de precios.
Sargent estableció una conexión entre el crecimiento
del endeudamiento público y la necesidad de imprimir dinero para
financiarlo. Cuando la política fiscal es expansiva, llegará un momento en
que su financiación alcanzará un límite, dejando el recurso a la inflación
como el único medio disponible para la cobertura de déficits
presupuestarios de difícil sostenibilidad.
Sargent fue muy crítico con la política de estímulos
fiscales aplicadas por la Administración USA en 2010, a las que calificó
de “sorprendentemente ingenuas”. En sus trabajos académicos había llegado
a la conclusión que los “policy-makers” no deberían manipular la economía
de manera sistemática ilusionando artificialmente al gran público con
políticas sorpresa, así como, tampoco los Bancos Centrales deberían
relajar la política monetaria de forma permanente para disminuir el
desempleo.
Por otra parte, y al referirse a la Europa del
euro, estima que la zona sufre los efectos de crisis y pánico, que tienen
mucho que ver con las expectativas y decisiones que adoptarán los
diferentes agentes de los mercados. Tanto Sargent como Sims opinan
que no tienen una respuesta exacta para resolver la crisis. Aseguran que
sólo investigan y trabajan sobre datos, tratando de descifrar sobre lo que
sucede.
Sargent pertenece a una corriente de pensamiento
basada en la tesis del “equilibrio general dinámico”, que se considera
habitual en las Universidades y Centros de Investigación norteamericanos
del interior del país, la conocida como de “agua dulce”, caso, por
ejemplo, de Chicago, frente a lo que propugnan los del litoral, o de “agua
salada”, típica del Este, localizada en Boston, Nueva York y aledaños.
Por otra parte, hemos de destacar que Sargent
cuenta con una docena de libros del más alto nivel científico y más de un
centenar de artículos con referentes de alta cualificación. Pertenece a la
Academia Americana de Ciencias y Artes, de la que ha recibido honores, así
como de la Sociedad Econométrica, de gran prestigio entre los economistas
de todo el mundo.
Por su
parte, Sims, nacido en 1942 en Washington, se graduó con honores en
Matemáticas en la Universidad de Harvard, a la que volvería en 1968 para
doctorarse en Economía. Ejerce la docencia en la Universidad de Princeton, y es
uno de los economistas más considerados a nivel mundial. Asesora al Fondo
Monetario Internacional, al Massachusetts Institute of Technology (MIT). y, en
España, forma parte del Consejo Científico de la Barcelona Graduate School of
Economics.
Su
aportación investigadora se centra en las siguientes cuestiones:
En primer lugar, que las investigaciones
realizadas por Sargent y él mismo, así como por el grupo de
colaboradores, son esenciales para encontrar la salida de la crisis
económica, aunque asegura que no tiene solución para la misma, puesto que
de ser así, ya la habría divulgado.
Sims desarrolló el método basado en los “vectores
auto-regresivos” que permiten identificar e interpretar los shocks que
sufre la economía y se trasladan sobre distintas variables
macroeconómicas. Tales vectores constituyen uno de los instrumentos de las
técnicas avanzadas de predicción, introduciendo varias series de manera
conjunta, que pueden estar relacionadas entre sí. Para eludir el problema
que presenta la utilización de modelos basados en ecuaciones simultáneas,
se utilizan los modelos VAR, mediante los cuales, se propone un sistema de
tantas ecuaciones como series a analizar o predecir, pero sin distinguir
entre variables endógenas y exógenas. Cada variable se explica por los
retardos sobre sí misma y por los correspondientes a las demás variables.
A partir de ahí, se configura un sistema auto-regresivo de ecuaciones, lo
que se conoce como un Vector Auto-regresivo (VAR). La expresión general
del modelo es una ecuación que recoge la estimación del comportamiento de
una variable predictiva en diferentes períodos; con unos coeficientes alfa
y beta, matrices de los coeficientes que deben estimarse; y otro, llamado
epsilon, que es un vector representativo de perturbaciones aleatorias, uno
por cada ecuación planteada, que debe cumplir algunos supuestos, entre
ellos, la ausencia de correlación. Una vez definido el modelo, puede
procederse a su estimación de manera consistente mediante un simple ajuste
por mínimos cuadrados ordinarios.
En relación a la maduración de las decisiones,
estima Sims que las adoptadas por los Bancos Centrales en relación
a los tipos de interés no tienen un resultado inmediato. Debe esperarse un
mínimo de 1-2 años para que se traslade su efecto a los indicadores de
precios. Algo similar ocurre con las variaciones del producto interior
bruto, que no vuelve a recuperar su normal evolución hasta pasados los dos
años.
Sims ha expresado su opinión sobre el
funcionamiento de la Unión Europea. Sostiene que todos los países deberían
compartir las mismas cargas fiscales; que el Banco Central Europeo debería
tener competencias adicionales que facilitaran el cumplimiento de sus
objetivos, especialmente, en materia de autoridad fiscal; propiciando la
capacidad de emisión de títulos de renta fija o la imposición de cargas
fiscales a los países. Sin estas capacidades, la Unión Europea tiene, en
su opinión, un futuro muy sombrío.
Al contrario que Sargent, Sims pertenece
a la escuela de pensamiento denominada vulgarmente “de agua salada”, en la
que se integra quién recibiera el Nobel anteriormente, Paul Krugman,
que si bien advirtió la proximidad de la actual crisis, ha tenido
respuestas contradictorias a las soluciones que se han adoptado
posteriormente para concitarla.
Por último, señalar que Sims se muestra
personalmente solidario con el denominado movimiento de los “indignados”
en los Estados Unidos. Estima que la irritación que expresan está
plenamente justificada al confrontarla con lo que sucede en la economía y
en las actuaciones de los políticos, que tienen poco éxito para superarla.
En
referencia a los trabajos de ambos economistas, hemos observado algunas
críticas a la parte más pura de su Teoría: la que hace referencia a la
existencia de información perfecta y a la racionalidad de los agentes
económicos, que se han puesto en duda desde el inicio de la crisis financiera.
Por otra parte, algunos docentes españoles estiman que se ha premiado a los que
han logrado un cuerpo doctrinal interesante, que representa un avance claro,
aunque alejado de la realidad y con la convicción que sus posibles efectos se
han sobredimensionado.
Por otra
parte, Sala i Martín escribió en Twitter que el Premio Nobel era
esperado para dos economistas que se han distinguido por su contribución a la
desaparición de la economía keynesiana. Edward Glaeser, economista de la
Universidad de Harvard, por su parte, estimó que tanto Sims como Sargent
colaboraron a la destrucción de la falsa certidumbre de la clásica ortodoxia de
los seguidores de Keynes.
Otra
corriente, protagonizada por Jonas Kolsrud, Profesor de la Universidad
de Uppsala, valora de forma positiva esta investigación aunque considera que
deben pasar varios años antes que las conclusiones obtenidas por los premiados
pueden tener utilidad práctica para la solución de la crisis.
Sin entrar
en la consistencia de las investigaciones que hemos comentado, no hemos de
olvidar algo que late en lo más profundo del pensamiento de los agentes
económicos: que las expectativas que asumen no tienen errores de forma
sistémica, y que si los tuvieren, se ajustan posteriormente. El uso de los
modelos matemáticos y estadísticos, como es el tema que comentamos, ayuda a
ello, aunque no aseguran, por su extrema dificultad, el acierto pleno en el
complejo entorno de las relaciones entre magnitudes macroeconómicas. No
olvidamos, a este respecto, lo que ya nos dijera el Premio Nobel Hayek
en 1974: que la obtención del mismo confería a los galardonados una autoridad
que ninguna persona, singularmente considerada, debería poseer.
Finalmente,
indicar que los galardonados, en opinión de la Agencia Thomson Reuters, no
estaban en la relación de posibles elegidos, que se centraron en cinco
economistas que trabajan en Universidades y Centros de investigación
norteamericanos, especialistas en Macro y Econometría.
Los
premios Nobel de Economía, con una dotación de diez millones de coronas suecas
(algo más de 1,1 millones de euros) cuentan con el patrocinio del Sveriges
Riksbank – Banco Central de Suecia – desde 1969 y se entregarán el 10 de
diciembre próximo.
Madrid, 11
octubre 2011.
(C) 2011, Rafael Morales - Arce
EVOLUCION DE LOS PREMIOS
NOBEL 1901-2010
Desde su
creación, a iniciativa de Alfred Nobel, el Premio se ha concedido a 822
personas y 23 organizaciones.
Estados
Unidos, con 325 galardonados; Reino Unido, con 117 y Alemania, con 103, son los
países más reconocidos. España ha obtenido 7 de ellos, en los campos de la Literatura
y la Medicina.
Por su
parte, los Premios Nobel de Economía se otorgan desde 1969 y han recaído en las
personalidades que se relacionan a continuación.
AÑOS
|
CONCEDIDO A:
|
1969
|
Bagnar
FISH (Noruega) y Jan TINBERGEN (Holanda)
|
1970
|
Paul
SAMUELSON (USA)
|
1971
|
Simmon
KUZNETS (USA)
|
1972
|
John
HICKS (Gran Bretaña) y Kenneth ARROW (USA)
|
1973
|
Wassily
LEONTIEF (USA)
|
1974
|
Gunnar
MYRDAL (Suecia) y Frederick V.HAYECK (Gran Bretaña)
|
1975
|
Leonidas
KANTOROVICH (URSS) y Tjaling KOOPMANS (USA)
|
1976
|
Milton FRIEDMAN
(USA)
|
1977
|
James
MEADE (Gran Bretaña) y Bertin OHLIN (Suecia)
|
1978
|
Herbert
SIMMON (USA)
|
1979
|
Theodoro
SCHULTZ (USA) y Arthur LEWIS (Gran Bretaña)
|
1980
|
Lawrence
KLEIN (USA)
|
1981
|
James
TOBIN (USA)
|
1982
|
George
STGLER (USA)
|
1983
|
Gerard
DEBREU (USA)
|
1984
|
Richard
STONE (Gran Bretaña)
|
1985
|
Franco
MODIGLIANI (USA)
|
1986
|
James
BUCHANAN (USA)
|
1987
|
Robert
M. SOLOW (USA)
|
1988
|
Maurice
ALLAIS (Francia)
|
1989
|
Tryvge
HAAVELMO (Noruega)
|
1990
|
Harry MARKOWITZ, Merton MILLER y William
SHARPE (USA)
|
1991
|
Ronald
COASE (USA)
|
1992
|
Gary
BECKER (USA)
|
1993
|
Douglas NORTH y Robert FOGEL (USA)
|
1994
|
John HARSANY, John NASH (USA) y Reinhart
SELTEN (Alemania)
|
1995
|
Robert
LUCAS (USA)
|
1996
|
James E. MIRRLEES (U.K.) y William VICKREY
(USA)
|
1997
|
Robert C. MERTON y Myron S. SCHOLES (USA)
|
1998
|
Amartya
SEN (India)
|
1999
|
Robert
A. MUNDELL (Canadá)
|
2000
|
James J.
HECKMAN y Daniel L. McFADDEN (USA)
|
2001
|
George A. AKERLOF, Michael SPENCE y Joseph
E. STIGLITZ (USA)
|
2002
|
Daniel
KAHNEMAN (Israel-USA) y Vernon L. SMITH (USA)
|
2003
|
Robert F. ENGLE (USA) y Clive W.J. GRANGER
(U.K.)
|
2004
|
Finn E.
KYDLAND (Noruega) y Edward C. PRESCOTT (USA)
|
2005
|
Robert
J. AUMANN (Israel/USA) y Thomas C. SCHELLING (USA)
|
2006
|
Edmund
S. PHELPS (USA)
|
2007
|
Leonid
HURWICZ (USA), Eric S. MASKIN (USA) y Roger B. MYERSON (USA)
|
2008
2009
2010
2011
|
Paul
KRUGMAN (USA)
Elinor
OSTROM (USA) Y Oliver E. WILLIAMSON (USA)
Peter A. Diamond; Dale R. Mortensen;
Cristopher Antoniou Pissarides
Thomas
J. Sargent y Cristopher A. Sims (USA)
|