“La Constitución de 1812, a debate en
el Congreso y en el Senado”
Yo lo vi
Isabel Quiñones / Madrid. Así definió Víctor Nieto Alcaide, Catedrático de Historia del Arte de la UNED y Académico de la Real
Academia de Bellas Artes, la conjunción que existe entre texto e imagen en “Goya y las imágenes de la Guerra”. Disertación
esta, que el Académico brindó a todos los alumnos asistentes al
Curso de Verano “La
Constitución de 1812, a debate en el Congreso y en el Senado”, dirigido por la profesora Ángeles Lario.
Goya, para Víctor Nieto, “en sus Desastres
de la Guerra comenta lo que está viendo en la Guerra de la
Independencia: sufrimiento, muerte, desolación. Hay una conjunción entre el
texto y la imagen, y el texto sería ‘Yo
lo vi’”.
Goya, en sus Grabados, prosigue el profesor Nieto, ofrece algo más que
una crónica de los hechos y él, fue algo más que un mero testigo visual, aunque
pueda surgir la gran pregunta: ¿todo lo que representó, fue visto por Goya, o
no? Porque en Goya existe una actitud de un Ilustrado frente a la guerra en sí.
Un ilustrado basa el equilibrio en el orden, en la razón y la guerra hiere
sobre manera al pintor. El plasma una gran brutalidad. Describe “las nuevas
formas de guerra”, una guerra que afecta a las conciencias. No fue una guerra
de buenos y malos. Era una guerra de conflictos políticos, más que una guerra
contra el ejército invasor.
Porque la Guerra de la Independencia fue consecuencia de una nueva
situación histórica y esta, es la importancia y trascendencia de los Grabados
de Goya, afirma Victor Nieto. Cuando Goya vive la guerra, es un Goya maduro.
Está en su mejor momento porque Goya es un pintor de la madurez; mejora con los
años. Sufre una transformación pictórica, que se produce conforme avanzan los
años y a diferencia de Velázquez que
pintaba como un “profesional”, Goya transmite sensaciones.
Estados de ánimo
El estado de ánimo del pintor, determina el cuadro. Goya planteaba que
la belleza puede estar igual en lo
bello, que en lo feo, que en lo desgarrado.
(Francisco de Goya, “Fusilamientos
del 3 de Mayo”)
Existe, así mismo, en el pintor un “trasmundo”. La locura. El paso que existe entre lo real y la locura casi le obsesiona.
(Francisco de Goya,
“Casa de Locos”)
La crítica se plasma perfectamente en los “Caprichos”. En uno de sus cuadros aparece el propio pintor tumbado sobre una mesa... (Francisco de Goya, “Capricho 43”)
La melancolía se ve reflejada
en “El cuadro de Jovellanos”.
Con el “Ataque a un campamento”, “El levantamiento del 2 de Mayo” Y el “Sitio
de Zaragoza”, Goya describe perfectamente las nuevas formas de la guerra que
surgen en ese momento, en el que el papel del pueblo es fundamental.
Los “Desastres de la guerra” desde el punto de vista técnico, afirma el
Catedrático Nieto Alcaide, son una
maravilla. El color, se utiliza en función de la expresividad. Para el pintor,
el negro o el blanco tienen tanta fuerza como el rojo o el azul.
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