Organizado por la UNED y
el Internacional Council for Distance
Education (ICDE) tendrán lugar del 7 al 9 de marzo en
Madrid unas jornadas cuyo objetivo
primordial es reunir a instituciones de educación superior a distancia y presenciales, a la
vez que crear un espacio donde los distintos estamentos vinculados con la
enseñanza, los políticos, los actores sociales y económicos puedan colaborar e
implicarse en la generación y transferencia
de conocimientos orientado a la consecución de sociedades competitivas plurales y abiertas.
Por lo tanto esta
Conferencia Internacional constituye un espacio donde el conjunto de los
participantes puedan llegar a acuerdos sobre
proyectos de cooperación en
materia de investigación, asesoramiento y evaluación.
El tema central de la
Conferencia es” La movilización de Educación a Distancia para la Justicia Social
y la Innovación” y aborda una de las prioridades actuales de organismos internacionales como la UNESCO , “Educación para
Todos” “ Metas Educativas XXI”,
la “OEI
y la Unión Europea” o “2020
Programa Horizon”.
Fernando Monge, Vicerrector Adjunto de Relaciones Internacionales UNED y miembro del Comité Científico y de Organización del Congreso UNED-ICDE,
reflexiona sobre los objetivos que persigue este Congreso.
Pregunta.-
La Conferencia
Internacional UNED-ICDE
(Consejo Internacional de Educación Abierta y a Distancia) es promovida por dos
instituciones de educación a distancia, sin embargo sus objetivos no se limitan
a este campo de la educación y pretende
reunir, en general, a
instituciones de educación superior. ¿Responde esta invitación a que el uso
generalizado de tecnologías de la información por todo tipo de instituciones
educativas –no solo por las específicas de enseñanza abierta y/o a distancia-
engloba ya a todas en el campo de las enseñanzas virtuales, o pretende otro
alcance?
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Las
nuevas tecnologías de la información y comunicación están borrando de un modo
acelerado las fronteras que existen entre las instituciones educativas y las
numerosas iniciativas educativas que surgen de modo más o menos espontáneo
gracias a Internet. Este proceso de destrucción de fronteras entre unas
instituciones educativas creadas de arriba abajo, con las iniciativas surgidas
de la red, de abajo arriba; se ve complementado con la erosión de las
diferencias que existían entre la educación a distancia y/o virtual, y la
educación presencial tradicional.
P.- El objetivo de la Conferencia es ofrecer un
escenario en el que agentes sociales, económicos y políticos, junto con los
actores académicos, puedan colaborar en la manera más idónea para la
transferencia del conocimiento de forma exitosa e inteligente “orientado a la
construcción de sociedades inclusivas” en el marco de “la Justicia Social y la
Innovación”, que es el tema elegido para la conferencia. En el escenario de una
crisis económica global, ¿son conciliables los objetivos de Justicia Social e
Innovación con los recursos disponibles?
R.-
Lo son sin lugar a dudas. Muchas de las iniciativas surgidas fuera de las
Instituciones de Educación lo están demostrando con toda claridad, y no me
refiero exclusivamente a iniciativas como Wikipedia, sino, también, a los foros
de consumidores donde cualquier persona con acceso a la red puede informarse de
un modo independiente sobre la calidad y precio de productos específicos; o las
llamadas Primaveras Árabes, que no se pueden comprender sin el uso de las Nuevas
Tecnologías de la Información y la Comunicación. En el mundo de las
instituciones educativas somos muy conscientes de esas transformaciones, y
queremos ser capaces de liderar desde la educación la construcción colectiva de
una sociedad más justa socialmente e innovadora, sin embargo no basta con la
creatividad y entusiasmo que muestran la gran mayoría de las Universidades y,
sin duda, la UNED, es necesario contar con un mayor respaldo económico y
político que no esté hipotecado por visiones miopes o de beneficio político y
económico a corto plazo. Las necesidades educativas del mundo en el que vivimos
son ingentes, cada vez mayores, y deben ser muy flexibles y dinámicas sin
olvidar que las transformaciones deben orientarse a construir una
sociedad más justa. Los mejores evaluadores de nuestra actividad son los y las
estudiantes.
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R.-
Todos son esenciales y por eso hemos estructurado este Congreso Internacional en
torno a cinco ejes temáticos que abordan todos los ámbitos mencionados. Me temo
que el mayor problema en estos momentos no es el económico, que es muy grave,
sino el modo en que esos aspectos se interrelacionan. Faltan diálogos sobre
políticas educativas que hagan honor al verdadero significado de la palabra
política; la sensibilización social es grande pero no parece capaz en estos
momentos de movilizarse a favor de un gran proyecto colectivo e inclusivo,
muchas fuerzas juegan en contra de los movimientos de base, entre ellos
numerosos medios de comunicación. Es esta situación general la que parece
legitimar los recortes presupuestarios cada vez más despiadados que están
imponiendo las administraciones públicas no sólo en España sino en muchos
países de la Unión Europea.
P.- En Dakar, 164 gobiernos del mundo se
comprometieron, hace ya 12 años, a hacer realidad la EPT y definieron seis
objetivos que debían alcanzarse antes del año 2015. Uno de ellos, el tercero,
hacía referencia a que “las necesidades de aprendizaje de todos los jóvenes y
adultos se satisfagan mediante un acceso equitativo a un aprendizaje adecuado y
a programas de preparación para la vida activa”. Si atendemos a los últimos
informes de las autoridades europeas, en materia educativa, en lo que atañe a
nuestro país es ciertamente decepcionante. ¿Ve factible, realmente,
aproximarnos siquiera a ese objetivo antes de la fecha comprometida? ¿Qué está
fallando?
R.- Lo
veo muy difícil por distintos motivos. No hay que olvidar que la situación
educativa, la institucionalización y la universalidad del sistema público de
educación en España era bastante peor que la que tenían otros países de Europa.
Durante las últimas décadas hemos quemado muchas etapas y las diferencias con
respecto a los países con los que nos queremos comparar han disminuido. Cuanto
más cerca estemos de los objetivos más difícil será mejorar. Los países en
desarrollo de las llamadas economías emergentes tienen muy claro que uno de los
motores esenciales para el desarrollo se estructura en torno a la educación. La
educación es una de las herramientas esenciales para alcanzar una sociedad más
justa y abierta. Ése y no los omnipresentes rankings de universidades es uno de
los criterios esenciales que una universidad pública debe tener. En la UNED
tenemos claro que nuestra vocación social es sinónimo y está asociada a la
innovación. A menudo se confunde calidad con excelencia, es una ecuación falsa,
por eso tendemos a minusvalorar el papel de las Universidades y otras
instituciones de educación. En este Congreso aprenderemos mucho de los
programas y perspectivas de muchos países de América Latina, Asia y África que
han optado por hacer la EPT y
la Enseñanza continuada a lo largo de toda la vida un objetivo central de sus
políticas.
P.- La Conferencia también pretende abordar
prioridades recogidas en el ámbito regional europeo en programas como “Horizon
2020” que pretende elevar el nivel de excelencia de la ciencia europea para
garantizar un flujo constante de investigación de clase mundial y, en
definitiva, la competitividad de Europa a largo plazo. En el campo de la investigación científica, en España, ecos
de este programa como “apoyo a las personas más talentosas y creativas y sus
equipos”, “financiar la investigación y la innovación mediante el apoyo a
tecnologías futuras y emergentes”, “proporcionar a los investigadores
oportunidades de desarrollo profesional”, “infraestructuras de investigación
accesibles a todos los investigadores en Europa y más allá”,… resultan muy
difíciles de tomarse en serio observando la realidad cotidiana. ¿Nos
encontramos frente a meras declaraciones de principios o ante la posibilidad
cierta de conseguir metas realizables?
R.-
Ojalá fueran meras declaraciones de principios. No quiero decir que sea bueno
escuchar todos los días esas declaraciones de principios en boca de nuestros
políticos, de hecho no me parecen buenas las declaraciones que no se acompañan
con los hechos. Todos sabemos que esas declaraciones se acompañan de recortes
económicos y medidas que niegan esos sonoros actos de fe. Ya he comentado más
arriba que la calidad no se debe confundir con la excelencia. El verdadero
problema es que a menudo se invoca a la excelencia como argumento que legitima
que no se desarrollen o planteen como prioritarios programas de educación de
calidad para todos.
Isabel
Quiñones
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