domingo, 13 de julio de 2008

‘La Seguridad del Estado es más eficaz, cuando la Democracia controla a los órganos que tienen que velar por la misma’

Rotundamente, así lo afirma José Antonio Rodríguez, Director del Gabinete de Estudios de Seguridad Interior (GESI) órgano dependiente de la Secretaria de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior y que patrocina el Curso de Verano de la UNED de A Coruña “Nuevas Formas de Delincuencia”.

El Director del GESI, que confesó sentirse especialmente cómodo, por reencontrarse con su tierra gallega, conversó amablemente con nosotros para dar a conocer un poco más aspectos que rodean a órganos de profundo y, en cierto modo, desconocido calado, como el que el dirige.

Cuando en su día, el entonces Ministro del Interior Alonso, acudió a la Cámara Baja a dar cuenta de la aplicación por parte de su Ministerio de las recomendaciones aprobadas por la comisión de investigación de los atentados del 11-M y anunció la creación de un Gabinete de Estudios de Seguridad Interior (GESI), a semejanza del existente en otros países de nuestro entorno, que dirigido por el secretario de Estado de Seguridad apoyaría la actividad policial en materia de Inteligencia, afirmó que, tras los entonces recientes atentados de Londres, "la amenaza está consolidada y que es persistente y constante". ¿Es un diagnostico que podemos considerar vigente a fecha de hoy?

Sin duda recordará que una de las primeras actuaciones que llevó a cabo el Gobierno en el ámbito del Ministerio del Interior durante la pasada Legislatura fue la creación del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA), al que se marcaron dos objetivos fundamentales: uno, elaborar, en el ámbito de las amenazas del terrorismo, inteligencia estratégica para diseñar y articular las respuestas preventivas y operativas frente al terrorismo, frente a todos los terrorismos. Y dos: evaluar, de forma permanente, la situación e intensidad de la amenaza terrorista contra España.

El CNCA –en el que participan fundamentalmente analistas de la policía nacional y de la guardia civil, pero también del CNI y de otras instituciones estatales y autonómicas– se ha revelado como un elemento fundamental en la estrategia antiterrorista del Gobierno. Y su bien ganado prestigio le está convirtiendo en un órgano de referencia y un modelo para muchos países de nuestro entorno. Y todos sus análisis nos siguen diciendo que, efectivamente, la amenaza del terrorismo internacional está ahí, que está consolidada y que es persistente y constante. Cuestión distinta son los niveles de riesgo que la misma comporta en cada momento temporal concreto. Pero es obvio que es una realidad efectiva, percibida con realismo por nuestros vecinos europeos y por todos los ciudadanos.

En cuanto al Gabinete de Estudios de Seguridad Interior, es un órgano de apoyo a las autoridades superiores del Ministerio para la elaboración y evaluación de las políticas y los planes específicos de seguridad. Nuestro trabajo es observar con rigor cuanto acontece o puede acontecer en el ámbito de la seguridad pública, analizarlo con rigor, y plasmar todo ello en los Informes y las propuestas que elevamos al ministro o al Secretario de Estado.

Más de una docena de Centros de Estudios de Seguridad, algunos orientados más que al área Interior a la Defensa (si es que es posible delimitar con precisión ambos conceptos), se encuentran en España con anterioridad a la creación del GESI , ¿qué viene a representar –qué aporta- el GESI en ese universo? ¿Mantienen relaciones con otros Centros de Estudios?

Como usted acaba de decir, en el ámbito de la seguridad interior –y a diferencia de lo que ocurre desde hace años en otros países como Francia, Reino Unido o Alemania­– no existía en España hasta hace dos años un órgano de tales características. Y esa carencia o laguna –ciertamente inexplicable– es la que viene ahora a cubrir el GESI. Y tal vez no esté muy bien que lo diga yo, pero creo que con el trabajo que en apenas dos años hemos desarrollado, nos hemos ganado ya un nada desdeñable grado de reconocimiento.

Y en lo que respecta a la colaboración con otros Institutos similares, hemos firmado un Convenio de colaboración con nuestro homónimo francés, estamos haciendo lo mismo con Alemania, y tenemos estrechas relaciones de colaboración efectiva con Universidades españolas y con centros de gran prestigio como el Real Instituto Elcano de Estudios Estratégicos o el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.

¿Sigue el GESI alguna línea de investigación específica, está orientado al estudio concreto o particularizado de algún aspecto concreto de la seguridad interior? ¿Van más allá del registro estadístico de datos? ¿Qué sugerencias o recomendaciones pueden avanzar desde este Gabinete de Estudios?

Uno de los cometidos más importantes que se nos ha encomendado –y que, si tenemos en cuenta la envergadura y el carácter ambicioso del proyecto– hemos desarrollado en un tiempo récord, ha sido el de poner en marcha el Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género. Un Sistema on line en el que participan y que está a disposición de policías, fiscales, instituciones penitenciarias, las unidades de violencia de género, la universidad, etc., y que se ha convertido en una herramienta central para el seguimiento y la prevención de los casos de violencia de género, y para la evaluación del riesgo y la implementación de las medidas de protección policial a las mujeres víctimas de este execrable tipo de violencia.

Y al igual que éste, todos los demás aspectos relacionados, como digo, con la seguridad interior, con las políticas de seguridad, forman parte del objeto de análisis y estudio del GESI. Por cierto, el Secretario de Estado de Seguridad acaba de firmar un convenio con el INE para realizar –conjuntamente con el GESI– la que será la gran macroencuesta sobre la seguridad en España, con más de 30.000 hogares entrevistados, y en a través del cual se dimensionará el fenómeno de la criminalidad en España, la percepción de seguridad por los ciudadanos y su evaluación sobre el funcionamiento de los servicios de seguridad.

¿Qué es lo que mueve al GESI a patrocinar un curso como el programado por la UNED? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Existen precedentes de iniciativas similares en algún otro campus de nuestro país?

Al Gabinete de Estudios de Seguridad Interior se nos ha encomendado la cooperación del ministerio con la Universidad. Y es uno de nuestros objetivos fomentar la participación y la colaboración en nuestros cometidos y funciones con las universidades y con diferentes instituciones públicas y privadas, así como con diferentes personalidades investigadoras y del ámbito académico.

El curso de esta semana en A Coruña es buena expresión de ello. Pero el GESI también colabora con otras universidades españolas en el desarrollo de específicos programas de investigación y formativos de alto nivel como con la Universidad de Alcalá de Henares –con la que hemos puesto en marcha el Instituto de Ciencia Policiales–, las Universidades Autónomas de Madrid y Barcelona –con las que hemos desarrollado y validado las herramientas de evaluación del riesgo de la mujer víctima de violencia de género–, o la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, con la que estamos desarrollando esta semana un Curso de Verano en Santander. Y podría seguir con otros ejemplos.

Incidiendo en el análisis de la información, en demasiadas ocasiones se percibe la sensación de que en numerosas situaciones de crisis el autentico problema, más que la carencia de información radica en la evaluación que de la misma se realiza. ¿Se toman en serio los gobiernos a sus propios servicios y analistas de información? ¿En que medida los criterios ideológicos o culturales condicionan la percepción del peligro, sobredimensionando o infravalorando al enemigo potencial? Y por el contrario, ¿se puede, razonablemente, garantizar que la información pueda llegar a conocerse –por quienes tienen la capacidad y la responsabilidad de tomar las oportunas decisiones para actuar en consecuencia- de una forma objetiva?

Por mi propia experiencia, puedo asegurarle que la información llega al Gobierno; y que en el Departamento de Interior sus responsables políticos se toman muy en serio lo que los servicios especializados en inteligencia les transmiten en sus informes. Y en este Departamento, en el que se aprende mucho de los aciertos y también de los errores, cuando los pueda haber, le aseguro que la objetividad –y, por tanto, la ausencia de prejuicios u otro factor condicionante– es la máxima, el principio que preside la toma de decisiones. Porque, como dice aquella sentencia, ‘con las cosas de comer no se juega…’

Sin duda, en más de una ocasión los servicios de inteligencia, los estudiosos y analistas de seguridad, han podido servir de pretexto interesado para la justificación de diferentes posicionamientos políticos y jurídicos de los responsables gubernamentales en distintas etapas históricas en los países de nuestro entorno e inevitablemente también en el nuestro. El control efectivo de las actividades de inteligencia –en todo su amplio abanico de actuaciones- no solo representaría una garantía para las demandas que legítimamente puede exigir la sociedad civil en nuestros regímenes democráticos occidentales, sino que también se perfilaría como una salvaguarda de las propias actuaciones de los servicios de inteligencia, en demasiadas ocasiones utilizados o contaminados por intereses espurios. Pero, ¿se pueden conciliar eficacia y control, Estado de Derecho y Estado “vigilante”?

El Estado de Derecho no sería tal si no existiese un efectivo y adecuado sistema de controles. Existe en los países democráticos, y el caso de España es ejemplar: el sistema de controles existen en el propio ámbito del Gobierno, pero está residenciado también en una comisión específica del Congreso de los Diputados y en la actuación ad hoc del Poder Judicial. En España sabemos muy bien, porque lo venimos practicando desde la recuperación de la democracia, que velar por la seguridad del Estado es mucho más eficaz cuando las instituciones democráticas garantizan, tutelan y controlan a los órganos que tienen que velar por la misma.

El devenir de la historia más reciente, tras la caída del muro de Berlín y posteriormente los atentados terroristas de Nueva York, Washington y Madrid, apuntan a lo que algunos expertos no han dudado en denominar como “renacimiento” de los servicios de información o de inteligencia. ¿Cree que los analistas de seguridad, junto con los servicios de inteligencia, han pasado de desempeñar un papel de suministradores de información a convertirse en el principal instrumento para la optimización de la defensa y la garantía de la seguridad interior?

Los propios americanos han reconocido en su Informe sobre el 11-S que uno de los problemas para identificar y evaluar adecuadamente la amenaza proveniente del nuevo terrorismo internacional fue debido a que los sistemas de inteligencia lo eran para un mundo bipolar, para el mundo de la guerra fría posterior a la Segunda Guerra Mundial. Y que no se había hecho la reconversión ‘intelectual’ para la nueva realidad geopolítica y geoestratégica. Por eso, más que de renacimiento habría que hablar de reconversión o de refundación, en muchos casos.

Y en esa refundación sí hay un renacer de los analistas, que, por lo demás, deben de tener, por supuesto, una mente abierta y multidisciplinar. Algo que está en la esencia del hombre renacentista.

Al poco tiempo del 11-M, los Jefes de Estado y gobierno reunidos en Bruselas, durante la cumbre de primavera acordaron prestarse ayuda recíproca, anticipándose incluso a la cláusula de solidaridad de la Constitución europea. Para reforzar la cooperación en materia de seguridad se creó la figura del Comisionado para Asuntos de Terrorismo de la Secretaría del Consejo de Ministros. El propio Mr. PESC, Javier Solana, dispone de un Situation Center (SITCEN)… ¿Nos encontramos ante el embrión de un nuevo servicio de inteligencia y seguridad paneuropeo?

Todos hemos comprendido que la amenaza es global, en todos los sentidos. Y que la amenaza a nuestra seguridad interior es una amenaza a la seguridad interior de todos los países de la Unión. Por eso se trabaja todos los días, y España es líder en ello, en estrechar la colaboración y cooperación con los servicios de inteligencia antiterrorista. Y el SITCEN es un buen ejemplo de ello. Y tal vez el embrión de un verdadero servicio de inteligencia europeo.

(c)2008,Isabel Quiñones Vázquez

http://www.mir.es/DGRIS/Notas_Prensa/Ministerio_Interior/2008/np062604.html

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